sábado, 28 de mayo de 2011

Ni Dalái, podrá con esa.

Serví los modales en la mesa, ¡Oh! Gran Dalái.
El mundo me da vueltas.
Imágenes en mi cabeza.
Es tu cuerpo que pesa.

Pequeña y escultural, mi corazón lo vas a moldear.
Tu corazón lo voy a besar, hacerlo mío, mío y más.

Oh, tu pureza. La serví sobre la mesa.
Con plumas de colores, botellas de licores.
Un suspiro que pregunta, ¿Cuándo será el momento?
El momento de la victoria, de este juego de mesa.

Princesa de color crema, esto será un dilema.
Resuelve este problema, o crearás nuevos temas.
Ven princesa, ven deprisa.
Me encanta tu cara frente a la brisa.
Tus ojos achinados, y tu pelo que desliza.
Linda princesita, eres tú un lucero.

Mejor me quito, o me desespero.
Tenerte cerca será mi anhelo.
De todos los días, hasta que sea un abuelo.
Pensaré en ti, con un pañuelo.
Un pañuelo en la mano que lleva tu nombre, y que nadie se asombre.
Que nadie se asombre, que nuestro pasado, estaba basado en nuestro futuro.

Es que ni Coelho, ni Pablo Neruda.
Te quitarán lo dura, como lo hago yo.

Serví los modales sobre la mesa, ¡Oh! Gran Dalái.
Es usted mi alteza.