Introduces un pequeño audio, que silba en mi laberinto hacia el oído y me da la imagen más preciada de la noche. Tú, bailando indie y comiendo maní. ¿No es placentero?
Ver el futuro con imágenes sepia. Tú, yo.
Una foto con un marco de espirales, colgada en la pared.
Un piano, y aserrín en el piso.
Una marioneta jugando, y tocando tu canción favorita.
Una trompeta, y mi chiva que acaricia tus pómulos.
Fin.